En un mensaje de un líder
religioso que escuché esta mañana; Mark Sanderson explicaba sobre
cómo lograr la paz interior y la importancia de la gratitud.
Este mensaje me interesó mucho, pues lograr paz interior en mi vida es
una de las cosas que más quiero.
El mensaje claramente establecía que
había tres cosas que nos quitaban la paz interior:
1.- Dudar que Jehová ya no me quiere.
2.- Ponernos a compararnos con otros
3.- La información negativa puede quitarnos la paz.
Después de este mensaje yo estaba decidido
a tener un buen día. Repasé las cosas más importantes que tenía que hacer
durante el día, estos no incluían salir a trotar; sin embargo, después de esas
palabras yo estaba decidido de ocuparme también de mis actividades físicas y
espirituales.
Desde hace mucho tiempo trotar para mí
no es solo cuestión física, ni mucho menos la rutina usada para bajar de peso;
representa mucho más; aunque últimamente había dejado de hacerlo con la
frecuencia de antes.
Trotar se ha convertido en una forma de
meditar, un medio donde puedo pensar y hablar con Dios. Mis problemas se
ocultan por un momento y mi mente se libera y se calma.
Entonces empecé a poner en práctica ese
consejo, agradecí a Dios por el bloqueador que me untaba en el rostro ya que
estaba haciendo sol y pues eso evitaría problemas en la piel.
Mirándome al espejo mientras me ponía
la crema vi que perdía cabello, estaba a punto de quejarme y recordé que era
tiempo de agradecer y dije: algunas personas dicen que tengo una linda sonrisa
en mi rostro, así que NO estoy perdiendo cabello sino más bien estoy ganando
rostro, Gracias Dios por agrandar mi sonrisa.😂
Cuando ya estaba por la avenida
principal, agradecí a Dios por que trotaba por una vía peatonal segura y
construida especialmente para los deportistas y caminantes, No estaba en riesgo
de ningún conductor distraído.
Seguí trotando y me puse a agradecer
por la vista, realmente un día soleado y los arboles me hacían perfecta sombra.
Pasados 25 minutos empecé a sentir los estragos de la ruta en subida. Agradecí
al Padre por mis piernas, que piernas fuertes tengo… pensé.
Después sentí que mi corazón seguía el
ritmo de la música de mis audífonos, di muchas gracias por el fuerte corazón
que Dios me dio. Ese corazón que como un motor petrolero seguía bombeando dando
fuerzas a mis piernas, a mis brazos, en fin, a todo mi cuerpo. Que fuerte
corazón que tengo Diosito, gracias muchas gracias.
Mi reloj monitoreaba la frecuencia cardiaca y mostraba que este corazón estaba muy bien, pero noté que las palpitaciones estaban llegando a 185 palpitaciones por minuto (ppm) y tenía que tener cuidado de no llegar a las 190 ppm. Me puse a pensar que anteriormente NO hacía llegar mi corazón a ese ritmo.
Pensaba en las razones de porque mi corazón respondía de manera irregular. Encontré la respuesta, yo había descuidado mi alimentación y subí de peso. Eso era, estaba gordo.😞
Nuevamente estaba a punto de afligirme y recordé que no era tiempo para eso, así que agradecí a Dios por que las últimas semanas en casa habíamos disfrutado de muy buena comida. Cumpleaños de Fabrizio y caja china con torta, que delicia. Cumpleaños de Guyen y Pollito a la brasa, y claro, mas torta. Llegada de mi tío Edgar y de ley un Adobito mañanero, solo como él lo sabe preparar; sin contar con las comidas deliciosas de mi madre. Gracias Padre por abundante y deliciosa comida.😎
Mi corazón no pensaba lo mismo y seguía sufriendo, felizmente para él,
ya habíamos llegado al Cóndor 5,45 km. Puse pausa y dejé de trotar, ahora a
caminar y recuperar el aliento, dejar que el corazón recobre su ritmo normal.
Pero estaba haciendo sol y pues eso no ayudaba. De pronto una nube ⛅cubrió al
astro rey y se nubló. Gracias Padre por esa nube y por la brisa tan rica que
refrescaba mi cuerpo.
Ya de regreso sentí que esos kilos
demás estaban dificultando mi rutina, pero no podía parar, seguí al mismo
ritmo. De pronto un perro, un perro grande le dio por perseguirme y tratar de
morder esas piernas fuertes motivo de gratitud al inicio de esta historia.
Claro, me asusté y me puse a lidiar con el enojado perruno; traté de ignorarlo,
le hablé, le supliqué que no me mordiera. 🐕
Después del susto inicial y ya
caminando, yo estaba a punto de renegar y en vez de eso agradecí a Dios por el
perrito que me hizo bajar el ritmo y caminar y disfrutar de la vista. La verdad
que mucha gente sale a trotar, varones y mujeres de todas las edades. Agradecí
a Dios por ellos, por la oportunidad de ser parte de este grupo de “crazy runners”.
Volví a trotar y la verdad ya era
evidente que el sobrepeso estaba cobrando factura. Seguí manteniendo el ritmo,
un poco imprudente porque no puedes arriesgar la máquina, puedes hacer un sobre
esfuerzo y lesionarte un musculo o sufrir un colapso.
De pronto mi celular empezó a sonar,
alguien me estaba llamando, no contesté por que usualmente no contesto cuando
troto, después empezó a sonar los mensajes de texto; peor si son mensajes de
texto o mensajes de whatsapp… No respondo.
Pero era Astrid, y aunque ella me
moleste y diga que no le escribo y que solo ella lo hace, ella sabe que cuando
me escribe o llama yo inmediatamente respondo; y pues decidí contestar. Bajé el
ritmo y me puse a caminar y responder sus mensajes.
Mi corazón seguramente estará muy agradecido con ella porque solo así me puse a caminar y dejarlo descansar. A veces estamos concentrados en nuestras cosas y no nos damos cuenta de lo hermoso de la vida a pesar de los desafíos. Son ellos, los amigos, los que nos hacen reaccionar, ellos nos hacen frenar el ritmo quizás equivocado de nuestras vidas y con su compañía podemos tomar un descanso antes de seguir, ellos nos acompañan en momentos de tristeza, cuando la vida como que te voltea la cara y te sientes frustrado y desanimado, los verdaderos amigos están ahí.
Agradecí al Padre por la ingeniera, la engreída, la única que me hace
parar de lo que haga para contestar. Agradecí al Padre por el ejemplo que ella
me da. Porque a pesar de sus desafíos personales y laborales, ella sigue
adelante.
Mi trayecto normal es de 12 km. pero me
di cuenta que no es importante batir records de tiempo, tampoco es importante
llegar primero. Lo más importante es llegar. Mientras respondía a los
mensajes del celular noté que varios corredores me pasaban, también recordé que
según Mark Sanderson “NO debemos compararnos con nadie, a no ser que
la comparación sea con nosotros mismos". Me faltaba casi 2
km. para llegar a casa, pero decidí que ya era suficiente.
Agradecí al Padre por la moneda que milagrosamente encontré en mi canguro, pues ese sol me permitió subir al bus. Agradecí por el agua que me permitió darme una ducha fresca cuando llegué a casa.
Finalmente, agradecí al Padre por el cuerpo que me dio, No es perfecto, pero es mío, está completo y funciona muy bien. Me doy cuenta que es real, que cuando uno agradece hay una sensación de que realmente eres bendecido y la vida no es tan mala. Que sí, también es verdad, los problemas y desafíos están ahí, no han desaparecido, pero que a pesar de eso Dios nos bendice, Él está a mi lado.
Llegué a casa con otra actitud, era diferente de la persona que salió a trotar. Dios realmente sabe quién soy, Él no solo me conoce por nombre y apellido, Él sabe de mis debilidades, de mis pesares, de mis faltas y aun así me ayuda y cuida.
Gracias Padre Celestial, hoy recordé
que tú me amas.
REFERENCIAS
Sanderson, M.
(n.d.). “Mi paz les doy.” Retrieved October 25, 2021, from
https://www.jw.org/es/biblioteca/videos/#es/mediaitems/VODPgmEvtMorningWorship/pub-jwb-083_11_VIDEO