sábado, 29 de junio de 2024

CORRAMOS CON PACIENCIA LA CARRERA QUE TENEMOS POR DELANTE

Hace casi un mes corrí una carrera organizada por el municipio de mi ciudad, todo este tiempo estaba buscando la inspiración adecuada para escribir sobre esa experiencia. Hace poco vi un discurso dado en la universidad de Brigham Young que me ayudó con la inspiración necesaria para escribir. El nombre del discursante es Brad Owens y el título de su mensaje es:

 “Let us run with patience the race that is set before us”

Todo comenzó a inicios de este año, mi cuñada Gabriela, sabiendo de mis gustos por correr, me informó que la municipalidad del Cusco había oficializado la carrera “Hatun Phaway 10k”. Soy un entusiasta de las carreras, así que esta noticia alegro mi día. Mi rutina semanal es salir a trotar tres o cuatro veces por semana temprano en las mañanas. Tenía casi cuatro meses para prepararme para este evento; de hecho, así lo hice.

Algunas de las medidas que tomé fueron:

·    Hice el recorrido de la carrera por mi cuenta muchas veces, ahora estaba trabajando en mejorar mi marca. Adicionalmente, había creado un playlist con algunas canciones que había escogido especialmente para ese día.

Estaba tan animado con este evento y pensé que quizá a mis amigos también les gustarían participar conmigo, así que les pasé la voz.

De todos solo una persona me mostró interés y me confirmó su participación. Astrid vive y trabaja en Abancay, una ciudad a cinco horas del Cusco; y me di cuenta que estaba animada de participar en este evento.

Astrid me decía que no estaba segura si podría terminar la carrera, que 10k era mucho, preocupaciones que cualquier persona en su lugar hubiera tenido.

Pasaron los días, semanas y meses y nos preparamos para el día de la carrera. Faltando exactamente cinco días para el evento yo caí enfermo. No lo podía creer, pensé que no era justo que me pasara esto. La carrera estaba programada para el domingo dos de junio y el miércoles anterior yo estaba en cama con una afección viral muy agresiva. El jueves seguía en cama y sin síntomas de mejoría, así que me comuniqué con Astrid contándole que no iba a correr pues estaba en cama.

Ella entendió y me dijo que ella si quería correr, así que solo necesitaba que yo le dirija el punto de partida el día de la carrera. Afortunadamente el punto de inicio estaba cerca de mi casa, así que le dije que, si yo amanecía mejor, podría guiarle y llevarle a la partida.

Así quedamos, el día sábado yo me sentía mejor y con una muy vaga idea que quizá si seguía recuperándome podría participar en la carrera 10k.

Llegó el domingo y aunque estaba en plena recuperación, sentía que no estaba para correr, aun así, me vestí con mis implementos para la carrera, incluso había preparado algunos accesorios para Astrid; una mochila de agua Camelbak, que yo uso para mis caminatas largas, un reloj inteligente que mediría su recorrido, entre otras cosas. Yo no necesitaría todos estos accesorios por que 10k lo había hecho múltiples veces y sin necesidad de agua, pero pensé que ella si lo necesitaría.

Astrid apareció y la llevé al punto de partida, había casi diez mil personas esperando iniciar la carrera, no solo eso, había música y un lindo ambiente. Todo esto fue más que suficiente para decidir que sí; que correría a pesar que aún me sentía débil y con síntomas de gripe.

Sonó la señal de partida y muy animados comenzamos con la experiencia esperada. No pasó mucho tiempo y mi cuerpo me decía que esa fue la peor decisión que había tomado en mucho tiempo.

Empecé a toser y aunque estábamos trotando a un ritmo lento, yo estaba muy agitado. Ahora la persona que tuvo que bajar el ritmo era Astrid, felizmente traje la mochila con agua pues mi cuerpo me pedía hidratarme. No lo pensé mucho y hable con Astrid, le dije que yo iría a mi propio ritmo, y que ella siga adelante. A este punto mi ritmo era muy lento. Ella con mucha pena aceptó mi sugerencia y se adelantó. Corrimos juntos a lo mucho un kilómetro. No pude mantener siquiera un ritmo lento, en muchas etapas de la carrera solo caminaba. Mi cuerpo estaba muy maltratado por la gripe y sobre todo muy cansado.

Si has llegado hasta aquí en mi relato seguro estas preguntando si valió la pena todo esto. A continuación, tratare de responder esa pregunta haciendo una analogía con esta carrera 10k y la carrera de nuestras vidas en las que todos estamos participando.

En la Biblia, en el libro de hebreos capítulo 12 verso 1 dice:

Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.

Me pareció un buen título a usar en esta historia. Y es que la vida es eso, una carrera. Sí, una carrera larga donde, así como yo, vamos a experimentar muchos desafíos. Quizá al principio no sepamos como será el inicio, o tal vez corramos con un peso extra y doloroso. Pero la carrera no termina hasta que se diga que ya tenemos que regresar a la presencia de nuestro creador.

Así como Pablo en la epístola a los hebreos, él nos aconseja a que corramos con paciencia nuestra propia carrera de la vida. Muchos autores dan sugerencias útiles para poder terminar con éxito nuestro paso por este mundo. En base a mis lecturas y a mi propia experiencia, voy a sugerir siete decisiones esenciales que podemos tomar. Yo sé que, siguiéndolas, tendremos más oportunidades para finalizar nuestra carrera de la vida en la que todos estamos participando. Estas son:

Continúa hasta el fin

Arrepiéntete y vuelve al camino

Respeta los convenios que hiciste y sigue a Cristo

Reconoce tus fortalezas y debilidades

Esfuérzate por las cosas que realmente importan

Resiste los desafíos porque todo pasa

Anticípate y acepta las adversidades

 

1.- Continúa hasta el fin: 

Cuando Astrid aceptó la invitación de participar en la carrera, se mostraba un poco insegura de llegar a la meta, yo le animaba y le relataba sobre algunas cosas que yo había aprendido en todos mis años como runner. También consejos que me ayudaban en algunos aspectos de mi vida. La primera frase dice algo así:

Y mirad que se hagan todas estas cosas con prudencia y orden; porque no se exige que un hombre corra más aprisa de lo que sus fuerzas le permiten. Mosiah 4:27

Aún recuerdo mis palabras hacia ella: No te preocupes Astridsita, vamos a correr a nuestro ritmo y disfrutar la carrera. No necesitamos llegar primeros, pero si vamos a llegar.

Otra frase que compartí con ella fueron las palabras de Spencer W Kimball donde hablaba de la importancia de seguir a Cristo, él dijo:

Seguiré a Cristo con todas mis fuerzas, correré para lograrlo, y cuando no pueda correr caminaré y si mis fuerzas se acaban y no puedo caminar me arrastraré, pero seguiré a Cristo.

Cuando ya Astrid se había adelantado en la carrera y yo estaba sufriendo por trotar, recordé estas palabras y las cambie a la situación de ese momento:

Si no puedo correr voy a trotar a ritmo lento y si no puedo siquiera trotar pues, aunque sea caminaré, y aunque se haga de noche llegaré.

Así que no me desesperé y ya habiendo medido mis fuerzas y la distancia, seguí.

De los casi diez mil participantes estoy seguro que cada uno de ellos tenía su propio motivo para correr, cada uno con diferentes adversidades y motivaciones, yo era uno de ellos y estaba luchando con mis propios desafíos. Ya no era mi objetivo vencer mi propio récord, ahora mi objetivo era simplemente llegar a la meta. Ahora quisiera que tú, lector, te hagas esa misma pregunta:

¿Sabes cuál es la meta?

Si aun no sabes cual es la meta de tu vida, te invito a que investigues y encuentres respuesta a esta importante pregunta. Permíteme responder cual es para mí, la meta de mi vida. La meta de mi vida es regresar a la presencia de Dios. Tengo esto muy claro y estoy decidido a continuar en esta empresa hasta el fin.

2.- Arrepiéntete y vuelve al camino:

Han pasado semanas de esta experiencia en la carrera 10k y me pongo a analizar si fue buena decisión participar estando aun enfermo. Mi hermano me regañó porque después de la pandemia pareciera que las enfermedades respiratorias son más fuertes y pude hasta llegar al hospital. Si pues, pasaron muchos días después de la carrera para estar totalmente recuperado. Sobre esforcé a mi cuerpo llevándolo al límite. Ahora, quizá fui negligente pero no fue ni será la única vez que tomo decisiones equivocadas. Alguien dijo que somos responsables de nuestras decisiones, pero a veces olvidamos que también somos responsables de las consecuencias de esas decisiones. Así que, si bien es cierto que después de la carrera, sufrí estando convaleciente por las medicinas (inyectables) y por los dolores corporales. También estaba consiente que tenía que “apechugar nomas” … ya pasará, ya voy a estar mejor y todo esto será una experiencia para tomar en cuenta más adelante en mi vida.

Desafortunadamente algunas veces tomamos decisiones que demoran en sanar, a veces los resultados de nuestros pobres juicios nos llevan, no solo a dañar nuestro cuerpo físico, sino también nuestro yo espiritual. Sí, nos alejamos del camino, del camino llamado Jesucristo.

Afortunadamente existe el arrepentimiento, gracias a Cristo podemos arrepentirnos y sanar. Es verdad, el proceso de arrepentimiento no es fácil, pero vale la pena.

Pero… ¿Qué es el arrepentimiento?

Lo aprendí hace varios años atrás, el arrepentimiento es un cambio en el corazón.

Es reconocer que estoy equivocado, reconocer que tomé malas elecciones. Muchas veces reconocer que estamos equivocados es complicado. Nos gana nuestro orgullo y el ego. Carecemos de humildad para decir: “Lo siento, la embarré”, y si hay que pedir perdón a quien ofendimos, es complicado mirar a los ojos y disculparnos.

Arrepentirnos también es sentir dolor por las malas acciones, es corregir la falta y decidir no volver a cometer ese error.

Si bien es cierto que el arrepentimiento sincero tiene un precio, también tiene muchos beneficios. Russel M. Nelson se refirió sobre este punto cuando dijo:

Nada es más liberador, más ennoblecedor o más crucial para nuestro progreso individual que un enfoque y arrepentimiento diario. Esto es la clave de la felicidad y la paz mental. Cuando nos involucramos con fe, el arrepentimiento abre el acceso al poder de la expiación de Jesucristo.

¿Cómo puedo estar seguro si estoy en el proceso de arrepentirme?

Elder Weatherford Clayton Dijo:

Cada vez que nos volvemos más y más hacia Cristo, es cuando estamos arrepintiéndonos. Cuando sinceramente oramos al Padre, en un sentido real, estamos arrepintiéndonos. Cuando leemos las escrituras y las analizamos, es cuando estamos arrepintiéndonos. A medida que hagamos cambios en nuestras vidas, como resultado de que aprendemos de Cristo y su evangelio, nosotros estamos arrepintiéndonos. Cuando hacemos cosas que nos hacen mejores personas, más amables, más gentiles, más sensibles, más espirituales, más virtuosos y verídicos, es cuando nos estamos arrepintiéndonos.

3.- Respeta los convenios que hiciste y sigue a Cristo:

Es momento de reconocer que hice varios convenios con Cristo, lo hice primeramente al bautizarme en su iglesia, luego pude entrar en un templo y hacer otras promesas mucho más importantes. Parte de mis convenios y promesas con Dios, son el de seguirlo, de ser un buen ejemplo, el de servir a mi prójimo, etc. Debo también de reconocer que cuando me esfuerzo por cumplir con estas promesas, puedo sentir claramente su dirección en mi vida. Hace algunos días atrás me di la oportunidad y participé de una actividad de servicio donde, con un grupo de amigos construimos una casita para una joven madre soltera y sus hijos. Para ser honestos, quien se vio beneficiado no solamente fue esa joven madre, yo disfruté mucho compartiendo y sirviendo con amigos.

Por otro lado, también debo reconocer que cuando no respeto los convenios, me siento miserable y muy desalentado. Somos hombres de naturaleza carnal y nuestra responsabilidad es de dominar esa naturaleza que todos poseemos y que nos aleja de Dios.

El elder Dale G. Renlund dijo:

El hacer múltiples convenios nos acercan más a Cristo y nos conectan más fuertemente con él. A través de estos convenios nosotros tenemos un mayor acceso a su poder.

Doy testimonio de que, si nos esforzamos por cumplir con los convenios y promesas que hicimos con Dios, vamos a tener acceso a su poder. Mi vida está compuesta de muchas experiencias donde el poder de Dios ha tenido efecto en mi vida.

4.- Reconoce tus fortalezas y debilidades

Para muchos será familiar el análisis FODA, una técnica que se usa para identificar las fortalezas, las oportunidades, las debilidades y las amenazas del negocio o, de algún proyecto. Estos dos, fortalezas y debilidades, son para mí, muy relevantes. En los cursos de emprendimiento, estos son los dos primeros puntos que se tocan. Todo emprendedor tiene que saber con que recursos cuenta, y sobre todo debe identificar cuáles son sus habilidades y sus talentos, Estas son las fortalezas. Algunas ONGs prestan dinero con intereses muy bajos a emprendedores que difícilmente van a poder contar con un préstamo de una entidad financiera. Así que estas ONGs financian a estos emprendedores, pero antes deben capacitarse con cursos de emprendimiento donde se toca el tema del FODA. Hace algunos años atrás yo trabajaba para una de estas ONGs y dicté el curso de emprendimiento. Recuerdo que en la primera clase preguntaba a los participantes en que utilizarían el préstamo que buscaban. Un hombre me dijo que quería comprarse un auto para hacer servicio de taxi. Todo estaba bien hasta que, haciendo más preguntas, me enteré que el hombre no sabía manejar.

Creo que ya lo mencioné al principio de esta historia, afortunadamente yo si sabia muchas cosas de la carrera, la había recorrido muchísimas veces, también sabia de lo que podía rendir en condiciones normales (fortalezas). Desafortunadamente ignoraba las consecuencias de correr enfermo (debilidades). Negocios se vienen abajo si no saben sus fortalezas y sobre todo si no consideran sus debilidades. Todos tenemos fortalezas diversas y también somos seres con muchas debilidades.

A veces es difícil reconocer nuestras fortalezas, eso puede ser por que tenemos una baja auto estima, pero más complicado es no reconocer nuestras debilidades, esto está relacionado con el orgullo y la falta de humildad. En relación a esto, Ezra Taft Benson dijo:

Con orgullo hay muchas maldiciones. Con humildad hay muchas bendiciones.

¿Cuál es la definición de humildad?

Hay muchas formas de definirlo, a mi me gusta mucho esta:

La humildad es el reconocimiento de que nuestras aptitudes y talentos son dones de Dios; no es señal de debilidad, de timidez ni de temor, sino una indicación de que sabemos de dónde proviene nuestra verdadera fortaleza. 

5.- Esfuérzate por las cosas que realmente importan:

Apenas había comenzado la carrera y unos minutos después ya era evidente que yo no podía trotar a la misma velocidad de Astrid; ella se veía un tanto preocupada pues yo no podía seguirle el ritmo. Lo cierto es que ella tampoco podía hacer algo al respecto, no dependía de ella. Así que acordamos que ambos correríamos a nuestro ritmo y nos veríamos en la meta.  

En la vida hay muchas cosas que pueden llamar nuestra atención, algunas veces vamos a desear ocuparnos de la mayor parte de estas y al mismo tiempo. Adicionalmente hay cosas o situaciones que no forman parte de nuestro circulo de influencia. Recordemos que todo esto es una inversión de energía. Podemos dedicarnos a nuestras labores en el trabajo, si estamos actualizándonos profesionalmente, esto también requerirá de un tanto de energía, no debemos olvidar a nuestra familia y amigos, tampoco los momentos de ocio donde nos gusta relajarnos. Asimismo, también hay situaciones que no están en nuestras manos y donde queremos ocuparnos, un ejemplo son las decisiones que toman otras personas. También la energía inmensa que usamos discutiendo por posiciones políticas o religiosas. Estos últimos temas, no están tampoco en nuestro circulo de influencia

Epicteto, un filósofo de la escuela estoica dijo:

Solo hay una manera de ser feliz y es dejar de preocuparse por cosas que están más allá del poder de nuestra voluntad.

David H. Bernard dijo:

No existe equilibrio en la vida. De hecho, no creo que equilibrio sea la palabra correcta, porque implica que todos los aspectos de nuestras vidas reciben la misma cantidad de atención. No todos los aspectos de nuestras vidas merecen la misma cantidad. Y en diferentes momentos y estaciones, algunos aspectos necesitaran más atención que otros. Lo principal es mantener lo más importante como principal.

Por consiguiente, tenemos que priorizar nuestra energía, nuestro tiempo. Stephen R. Covey, autor del célebre libro Los siete hábitos de la gente altamente efectiva, nos sugiere como priorizar las cosas usando cuatro niveles de prioridad:

En primer lugar, están las cosas urgentes e importantes (proyectos de última hora, problemas graves, crisis).

Segundo, las cosas que no son urgentes, pero si son importantes (tiempo usado en nuestro desarrollo personal, construcción de nuestras relaciones, ejercicio físico).

Tercero, ocuparnos de las cosas urgentes, pero no importantes (Las interrupciones, situaciones imprevistas).

 Finalmente están las cosas que no son urgentes ni importantes (distracciones, redes sociales, actividades placenteras)

 

6.- Resiste los desafíos porque todo pasa.

Mi negligencia me costó mucho sufrimiento, durante y después de la carrera. Creo que necesitaba saber si podría resistir estando en condiciones difíciles. Y al final puedo decir que si pude llegar a la meta.

Ahora, la vida es mucho más complicada que los pesares que yo pase aquel día, cada uno de nosotros somos un mundo único con desafíos diferentes, unos más difíciles que otros. Quizá nos sintamos incomprendidos, que nadie más sabe de las adversidades que pasamos. Por eso sigamos la admonición de Platón:

Se amable, pues cada persona con la que te cruzas esta librando su ardua batalla.

Marian Rojas Estapé es una Psiquiatra y autora de libros muy leídos. Ella dice:

La vida es un constante volver a empezar, un camino donde uno atraviesa situaciones alegres o incluso instantes de felicidad, pero también momentos difíciles. Pare ser feliz hay que ser capaz de rehacerse en lo posible de los traumas y dificultades. La razón es sencilla: no existe una biografía sin heridas.

7.- Anticípate y acepta las adversidades:

Al prepararme durante varios meses para esta carrera yo me había preparado cuidadosamente en varios aspectos. Por ejemplo, había hecho el recorrido múltiples veces, se podría decir que yo sabía lo que pasaría con mi cuerpo en cada kilómetro recorrido. Además, había desarrollado un método para mejorar mis tiempos. Sabía que el primer kilómetro tenía que calentar y no me preocupaba mucho por ir rápido. Desde el segundo kilometro hasta el quinto yo aceleraba el ritmo y además aprovechaba que la pendiente no era muy pronunciada. Los dos siguientes kilómetros la pendiente de la ruta era más pronunciada y tenía que esforzarme más para no bajar el ritmo. El kilometro final tenía que acelerar al máximo sabiendo que ya no faltaba nada, solo tenía que darlo todo. También pensé en Astrid y como ella podría enfrentar su primera experiencia. Quizá ella si necesitaría agua, así que prepare una mochila con abundante agua. En otras palabras, me anticipé a los posibles desafíos que pudiéramos enfrentar.

Como ya lo mencioné previamente todos mis planes se vieron frustrados desde el primer momento. La falta de aire, el dolor en el pecho y el cansancio producto de la enfermedad me hicieron evaluar si debía continuar o dejar de intentarlo. Astrid corría mucho más rápido y me esperaba. Así que lo primero que hice es pedirle que disfrute la carrera y que siga, que seguramente nos veríamos en la meta. Quizá tomaría un bus directamente a la meta y esperaría por ella. 

En el transcurso de mi vida muchas cosas las había dejado inconclusas, otras cosas no me atreví a intentarlas, quizá todas mis frustraciones se veían representadas en esa carrera. Hice una oración en mi corazón y pedí al padre que me permitiera continuar y llegar de alguna manera a la meta. Una de las cosas que me ayudaron a seguir fue que Astrid me dejó el agua que preparé para ella. Muy atinada decisión porque sin el agua yo no hubiera podido continuar. Como ya había hecho la ruta varias veces yo sabía que kilómetros debía correr y que partes tenía que bajar el ritmo. Esto se había convertido en algo personal.

Dejé que cientos o miles de personas me pasaran, ahora mis objetivos eran otros. Muchas veces solo caminaba y guardaba la poca energía para las etapas que yo había identificado como más complicadas.

Honestamente mi preparación me ayudó bastante para lograr terminar con esta obstinación de correr en esas condiciones. Calculé mis energías y acepté todos los desafíos que se me presentaron.

En la vida todos somos un universo único con dificultades y desafíos particulares, muchas veces enfrentamos adversidades solamente por que tomamos pobres decisiones. Otras veces las adversidades aparecen sin un motivo aparente. Una enfermedad, o una pérdida de un familiar cercano, un accidente, etc. son cosas que pueden aparecer y agarrarnos desprevenidos.

Entonces… ¿Podremos prepararnos o anticiparnos para este tipo de desafíos?

La verdad es que nunca estaremos suficientemente listos cuando algo así ocurra, pero si estamos en sintonía con Cristo tendremos el discernimiento adecuado para responder. Hay una promesa que hace el salvador Jesucristo en el libro de Doctrina y Convenios y dice:

“Yo el Señor estoy obligado cuando hacéis lo que yo os digo”

Es una promesa que podemos usar a nuestro favor; no podemos evitar los momentos difíciles que vendrán, todos pasaremos por situaciones angustiosas en nuestra vida. Pero si estamos actuando como él nos pide, podremos obligar a Dios a que nos ayude a superar tiempos difíciles.

Honestamente, yo se que Dios, en su infinita misericordia, siempre me sostuvo en momentos difíciles, pero cuando yo estaba más cerca de él, pude encontrar mayor consuelo en mis aflicciones.

Russel M. Nelson explicó en relación a la importancia de cumplir con nuestros convenios con Dios:

Nada te protegerá más cuando te encuentres con las brumas de la oscuridad del mundo. Nada reforzara más tu testimonio del Señor Jesucristo y su expiación, nada te ayudara a comprender mejor el magnífico plan de Dios. Nada calmará más tu espíritu en momentos de dolor. Nada abrirá más los cielos. Nada. 

Que podamos correr con paciencia todas nuestras carreras, porque no sabemos cuan larga es la ruta, aprovechemos también y disfrutemos el trayecto.


CORRAMOS CON PACIENCIA LA CARRERA QUE TENEMOS POR DELANTE

Hace casi un mes corrí una carrera organizada por el municipio de mi ciudad, todo este tiempo estaba buscando la inspiración adecuada para e...