Hace casi un mes corrí
una carrera organizada por el municipio de mi ciudad, todo este tiempo estaba buscando la
inspiración adecuada para escribir sobre esa experiencia. Hace poco vi un
discurso dado en la universidad de Brigham Young que me ayudó con la
inspiración necesaria para escribir. El nombre del discursante es Brad Owens y el título de su mensaje es:
“Let us run with
patience the race that is set before us”
Todo comenzó a inicios de
este año, mi cuñada Gabriela, sabiendo de mis gustos por correr, me informó que la municipalidad del Cusco había oficializado la carrera “Hatun Phaway 10k”. Soy un
entusiasta de las carreras, así que esta noticia alegro mi día. Mi rutina semanal
es salir a trotar tres o cuatro veces por semana temprano en las mañanas. Tenía
casi cuatro meses para prepararme para este evento; de hecho, así lo hice.
Algunas de las medidas
que tomé fueron:
· Hice el recorrido de la carrera por mi cuenta muchas veces, ahora estaba trabajando en mejorar mi marca. Adicionalmente, había creado un playlist con algunas canciones que había escogido especialmente para ese día.
Estaba tan animado con
este evento y pensé que quizá a mis amigos también les gustarían participar
conmigo, así que les pasé la voz.
De todos solo una persona me mostró interés y me confirmó su participación. Astrid vive y trabaja en Abancay, una ciudad a cinco horas del Cusco; y me di cuenta que estaba animada de participar en este evento.
Astrid me decía que no
estaba segura si podría terminar la carrera, que 10k era mucho, preocupaciones que
cualquier persona en su lugar hubiera tenido.
Pasaron los días, semanas
y meses y nos preparamos para el día de la carrera. Faltando
exactamente cinco días para el evento yo caí enfermo. No lo podía creer, pensé
que no era justo que me pasara esto. La carrera estaba programada para el
domingo dos de junio y el miércoles anterior yo estaba en cama con una afección
viral muy agresiva. El jueves seguía en cama y sin síntomas de mejoría, así que
me comuniqué con Astrid contándole que no iba a correr pues estaba en cama.
Ella entendió y me dijo
que ella si quería correr, así que solo necesitaba que yo le dirija el punto de
partida el día de la carrera. Afortunadamente el punto de inicio estaba cerca
de mi casa, así que le dije que, si yo amanecía mejor, podría guiarle y
llevarle a la partida.
Así quedamos, el día
sábado yo me sentía mejor y con una muy vaga idea que quizá si seguía
recuperándome podría participar en la carrera 10k.
Llegó el domingo y aunque
estaba en plena recuperación, sentía que no estaba para correr, aun así, me
vestí con mis implementos para la carrera, incluso había preparado algunos
accesorios para Astrid; una mochila de agua Camelbak, que yo uso para mis
caminatas largas, un reloj inteligente que mediría su recorrido, entre otras
cosas. Yo no necesitaría todos estos accesorios por que 10k lo había hecho
múltiples veces y sin necesidad de agua, pero pensé que ella si lo necesitaría.
Astrid apareció y la llevé al punto de partida, había casi diez mil personas esperando iniciar la carrera, no solo eso, había música y un lindo ambiente. Todo esto fue más que suficiente para decidir que sí; que correría a pesar que aún me sentía débil y con síntomas de gripe.
Sonó la señal de partida
y muy animados comenzamos con la experiencia esperada. No pasó mucho tiempo y
mi cuerpo me decía que esa fue la peor decisión que había tomado en mucho
tiempo.
Empecé a toser y aunque estábamos trotando a un ritmo lento, yo estaba muy agitado. Ahora la persona que tuvo que bajar el ritmo era Astrid, felizmente traje la mochila con agua pues mi cuerpo me pedía hidratarme. No lo pensé mucho y hable con Astrid, le dije que yo iría a mi propio ritmo, y que ella siga adelante. A este punto mi ritmo era muy lento. Ella con mucha pena aceptó mi sugerencia y se adelantó. Corrimos juntos a lo mucho un kilómetro. No pude mantener siquiera un ritmo lento, en muchas etapas de la carrera solo caminaba. Mi cuerpo estaba muy maltratado por la gripe y sobre todo muy cansado.
Si has llegado hasta aquí
en mi relato seguro estas preguntando si valió la pena todo esto. A continuación,
tratare de responder esa pregunta haciendo una analogía con esta carrera 10k y
la carrera de nuestras vidas en las que todos estamos participando.
En la Biblia, en el libro
de hebreos capítulo 12 verso 1 dice:
Por tanto,
nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos,
despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.
Me pareció un buen título
a usar en esta historia. Y es que la vida es eso, una carrera. Sí, una carrera
larga donde, así como yo, vamos a experimentar muchos desafíos. Quizá al
principio no sepamos como será el inicio, o tal vez corramos con un peso extra
y doloroso. Pero la carrera no termina hasta que se diga que ya tenemos que
regresar a la presencia de nuestro creador.
Así como Pablo en la
epístola a los hebreos, él nos aconseja a que corramos con paciencia nuestra propia carrera
de la vida. Muchos autores dan sugerencias útiles para poder terminar con éxito
nuestro paso por este mundo. En base a mis lecturas y a mi propia experiencia, voy
a sugerir siete decisiones esenciales que podemos tomar. Yo sé que, siguiéndolas,
tendremos más oportunidades para finalizar nuestra carrera de la vida en la que
todos estamos participando. Estas son:
Continúa
hasta el fin
Arrepiéntete
y vuelve al camino
Respeta
los convenios que hiciste y sigue a Cristo
Reconoce
tus fortalezas y debilidades
Esfuérzate
por las cosas que realmente importan
Resiste
los desafíos porque todo pasa
Anticípate
y acepta las adversidades
1.- Continúa hasta el fin:
Cuando Astrid
aceptó la invitación de participar en la carrera, se mostraba un poco insegura
de llegar a la meta, yo le animaba y le relataba sobre algunas cosas que yo había
aprendido en todos mis años como runner. También consejos que me ayudaban en
algunos aspectos de mi vida. La primera frase dice algo así:
Y mirad que se hagan todas estas cosas con
prudencia y orden; porque no se exige que un hombre corra más aprisa de lo que
sus fuerzas le permiten. Mosiah 4:27
Aún recuerdo mis palabras
hacia ella: No te preocupes Astridsita, vamos a correr a nuestro ritmo y
disfrutar la carrera. No necesitamos llegar primeros, pero si vamos a llegar.
Otra frase que compartí
con ella fueron las palabras de Spencer W Kimball donde hablaba de la
importancia de seguir a Cristo, él dijo:
Seguiré a Cristo
con todas mis fuerzas, correré para lograrlo, y cuando no pueda correr caminaré
y si mis fuerzas se acaban y no puedo caminar me arrastraré, pero seguiré a
Cristo.
Cuando ya Astrid se había
adelantado en la carrera y yo estaba sufriendo por trotar, recordé estas
palabras y las cambie a la situación de ese momento:
Si no puedo correr
voy a trotar a ritmo lento y si no puedo siquiera trotar pues, aunque sea
caminaré, y aunque se haga de noche llegaré.
Así que no me desesperé y
ya habiendo medido mis fuerzas y la distancia, seguí.
De los casi diez mil
participantes estoy seguro que cada uno de ellos tenía su propio motivo para
correr, cada uno con diferentes adversidades y motivaciones, yo era uno de
ellos y estaba luchando con mis propios desafíos. Ya no era mi objetivo vencer
mi propio récord, ahora mi objetivo era simplemente llegar a la meta. Ahora
quisiera que tú, lector, te hagas esa misma pregunta:
¿Sabes cuál es la meta?
Si aun no sabes cual es la meta de tu vida, te invito a que investigues y encuentres respuesta a esta importante pregunta. Permíteme responder cual es para mí, la meta de mi vida. La meta de mi vida es regresar a la presencia de Dios. Tengo esto muy claro y estoy decidido a continuar en esta empresa hasta el fin.
2.- Arrepiéntete
y vuelve al camino:
Han pasado semanas de
esta experiencia en la carrera 10k y me pongo a analizar si fue buena decisión
participar estando aun enfermo. Mi hermano me regañó porque después de la
pandemia pareciera que las enfermedades respiratorias son más fuertes y pude
hasta llegar al hospital. Si pues, pasaron muchos días después de la carrera
para estar totalmente recuperado. Sobre esforcé a mi cuerpo llevándolo al
límite. Ahora, quizá fui negligente pero no fue ni será la única vez que tomo
decisiones equivocadas. Alguien dijo que somos responsables de nuestras
decisiones, pero a veces olvidamos que también somos responsables de las
consecuencias de esas decisiones. Así que, si bien es cierto que después de la
carrera, sufrí estando convaleciente por las medicinas (inyectables) y por los
dolores corporales. También estaba consiente que tenía que “apechugar nomas” …
ya pasará, ya voy a estar mejor y todo esto será una experiencia para tomar en
cuenta más adelante en mi vida.
Desafortunadamente
algunas veces tomamos decisiones que demoran en sanar, a veces
los resultados de nuestros pobres juicios nos llevan, no solo a dañar nuestro
cuerpo físico, sino también nuestro yo espiritual. Sí, nos alejamos del camino,
del camino llamado Jesucristo.
Afortunadamente existe el
arrepentimiento, gracias a Cristo podemos arrepentirnos y sanar. Es verdad, el
proceso de arrepentimiento no es fácil, pero vale la pena.
Pero… ¿Qué es el
arrepentimiento?
Lo aprendí hace varios
años atrás, el arrepentimiento es un cambio en el corazón.
Es reconocer que estoy
equivocado, reconocer que tomé malas elecciones. Muchas veces reconocer que
estamos equivocados es complicado. Nos gana nuestro orgullo y el ego. Carecemos
de humildad para decir: “Lo siento, la embarré”, y si hay que pedir
perdón a quien ofendimos, es complicado mirar a los ojos y disculparnos.
Arrepentirnos también es
sentir dolor por las malas acciones, es corregir la falta y decidir no volver a
cometer ese error.
Si bien es cierto que el
arrepentimiento sincero tiene un precio, también tiene muchos beneficios.
Russel M. Nelson se refirió sobre este punto cuando dijo:
Nada es más
liberador, más ennoblecedor o más crucial para nuestro progreso individual que
un enfoque y arrepentimiento diario. Esto es la clave de la felicidad y la paz
mental. Cuando nos involucramos con fe, el arrepentimiento abre el acceso al
poder de la expiación de Jesucristo.
¿Cómo puedo estar seguro
si estoy en el proceso de arrepentirme?
Elder Weatherford Clayton
Dijo:
Cada vez que nos
volvemos más y más hacia Cristo, es cuando estamos arrepintiéndonos. Cuando
sinceramente oramos al Padre, en un sentido real, estamos arrepintiéndonos.
Cuando leemos las escrituras y las analizamos, es cuando estamos
arrepintiéndonos. A medida que hagamos cambios en nuestras vidas, como
resultado de que aprendemos de Cristo y su evangelio, nosotros estamos
arrepintiéndonos. Cuando hacemos cosas que nos hacen mejores personas, más
amables, más gentiles, más sensibles, más espirituales, más virtuosos y
verídicos, es cuando nos estamos arrepintiéndonos.
3.- Respeta los
convenios que hiciste y sigue a Cristo:
Es momento de reconocer
que hice varios convenios con Cristo, lo hice primeramente al bautizarme en su
iglesia, luego pude entrar en un templo y hacer otras promesas mucho más
importantes. Parte de mis convenios y promesas con Dios, son el de seguirlo, de
ser un buen ejemplo, el de servir a mi prójimo, etc. Debo también de reconocer
que cuando me esfuerzo por cumplir con estas promesas, puedo sentir claramente
su dirección en mi vida. Hace algunos días atrás me di la oportunidad y participé
de una actividad de servicio donde, con un grupo de amigos construimos una
casita para una joven madre soltera y sus hijos. Para ser honestos, quien se
vio beneficiado no solamente fue esa joven madre, yo disfruté mucho
compartiendo y sirviendo con amigos.
Por otro lado, también
debo reconocer que cuando no respeto los convenios, me siento miserable y muy
desalentado. Somos hombres de naturaleza carnal y nuestra responsabilidad es de
dominar esa naturaleza que todos poseemos y que nos aleja de Dios.
El elder Dale G. Renlund
dijo:
El hacer múltiples
convenios nos acercan más a Cristo y nos conectan más fuertemente con él. A través
de estos convenios nosotros tenemos un mayor acceso a su poder.
Doy testimonio de que, si nos esforzamos por cumplir con los convenios y promesas que hicimos con Dios, vamos a tener acceso a su poder. Mi vida está compuesta de muchas experiencias donde el poder de Dios ha tenido efecto en mi vida.
4.- Reconoce tus
fortalezas y debilidades
Para muchos será familiar
el análisis FODA, una técnica
que se usa para identificar las fortalezas, las oportunidades, las debilidades
y las amenazas del negocio o, de algún proyecto. Estos dos, fortalezas y
debilidades, son para mí, muy relevantes. En los cursos de emprendimiento, estos
son los dos primeros puntos que se tocan. Todo emprendedor tiene que saber con
que recursos cuenta, y sobre todo debe identificar cuáles son sus habilidades y
sus talentos, Estas son las fortalezas. Algunas ONGs prestan dinero con
intereses muy bajos a emprendedores que difícilmente van a poder contar con un préstamo
de una entidad financiera. Así que estas ONGs financian a estos emprendedores,
pero antes deben capacitarse con cursos de emprendimiento donde se toca el tema
del FODA. Hace algunos años atrás yo trabajaba para una de estas ONGs y dicté
el curso de emprendimiento. Recuerdo que en la primera clase preguntaba a los
participantes en que utilizarían el préstamo que buscaban. Un hombre me dijo
que quería comprarse un auto para hacer servicio de taxi. Todo estaba bien
hasta que, haciendo más preguntas, me enteré que el hombre no sabía manejar.
Creo que ya lo mencioné al principio de esta historia, afortunadamente
yo si sabia muchas cosas de la carrera, la había recorrido muchísimas veces, también
sabia de lo que podía rendir en condiciones normales (fortalezas). Desafortunadamente
ignoraba las consecuencias de correr enfermo (debilidades). Negocios se vienen
abajo si no saben sus fortalezas y sobre todo si no consideran sus debilidades.
Todos tenemos fortalezas diversas y también somos seres con muchas debilidades.
A veces es difícil reconocer nuestras fortalezas, eso puede ser por que
tenemos una baja auto estima, pero más complicado es no reconocer nuestras
debilidades, esto está relacionado con el orgullo y la falta de humildad. En relación
a esto, Ezra Taft Benson dijo:
Con orgullo hay muchas maldiciones. Con humildad hay
muchas bendiciones.
¿Cuál es la definición de humildad?
Hay muchas formas de definirlo, a mi me gusta mucho esta:
La
humildad es el reconocimiento de que nuestras aptitudes y talentos son dones de
Dios; no es señal de debilidad, de timidez ni de temor, sino una indicación de
que sabemos de dónde proviene nuestra verdadera fortaleza.
5.- Esfuérzate por
las cosas que realmente importan:
Apenas había comenzado la
carrera y unos minutos después ya era evidente que yo no podía trotar a la
misma velocidad de Astrid; ella se veía un tanto preocupada pues yo no podía
seguirle el ritmo. Lo cierto es que ella tampoco podía hacer algo al respecto, no dependía
de ella. Así que acordamos que ambos correríamos a nuestro ritmo y nos veríamos
en la meta.
En la vida hay muchas
cosas que pueden llamar nuestra atención, algunas veces vamos a desear
ocuparnos de la mayor parte de estas y al mismo tiempo. Adicionalmente hay cosas
o situaciones que no forman parte de nuestro circulo de influencia. Recordemos que
todo esto es una inversión de energía. Podemos dedicarnos a nuestras labores en
el trabajo, si estamos actualizándonos profesionalmente, esto también requerirá
de un tanto de energía, no debemos olvidar a nuestra familia y amigos, tampoco los
momentos de ocio donde nos gusta relajarnos. Asimismo, también hay situaciones que
no están en nuestras manos y donde queremos ocuparnos, un ejemplo son las
decisiones que toman otras personas. También la energía inmensa que usamos discutiendo
por posiciones políticas o religiosas. Estos últimos temas, no están tampoco en
nuestro circulo de influencia
Epicteto, un filósofo de
la escuela estoica dijo:
Solo hay una
manera de ser feliz y es dejar de preocuparse por cosas que están más allá del
poder de nuestra voluntad.
David H. Bernard dijo:
No existe
equilibrio en la vida. De hecho, no creo que equilibrio sea la palabra correcta,
porque implica que todos los aspectos de nuestras vidas reciben la misma cantidad
de atención. No todos los aspectos de nuestras vidas merecen la misma cantidad.
Y en diferentes momentos y estaciones, algunos aspectos necesitaran más atención
que otros. Lo principal es mantener lo más importante como principal.
Por consiguiente, tenemos
que priorizar nuestra energía, nuestro tiempo. Stephen R. Covey, autor del célebre
libro Los siete hábitos de la gente altamente efectiva, nos sugiere como
priorizar las cosas usando cuatro niveles de prioridad:
En primer lugar, están las
cosas urgentes e importantes (proyectos de última hora, problemas graves,
crisis).
Segundo, las cosas que no
son urgentes, pero si son importantes (tiempo usado en nuestro desarrollo
personal, construcción de nuestras relaciones, ejercicio físico).
Tercero, ocuparnos de las cosas urgentes, pero
no importantes (Las interrupciones, situaciones imprevistas).
Finalmente están las cosas que no son urgentes
ni importantes (distracciones, redes sociales, actividades placenteras)
6.- Resiste
los desafíos porque todo pasa.
Mi negligencia me costó
mucho sufrimiento, durante y después de la carrera. Creo que necesitaba saber si
podría resistir estando en condiciones difíciles. Y al final puedo decir que si
pude llegar a la meta.
Ahora, la vida es mucho más
complicada que los pesares que yo pase aquel día, cada uno de nosotros somos un
mundo único con desafíos diferentes, unos más difíciles que otros. Quizá nos
sintamos incomprendidos, que nadie más sabe de las adversidades que pasamos.
Por eso sigamos la admonición de Platón:
Se amable, pues
cada persona con la que te cruzas esta librando su ardua batalla.
Marian Rojas Estapé es
una Psiquiatra y autora de libros muy leídos. Ella dice:
La vida es un
constante volver a empezar, un camino donde uno atraviesa situaciones alegres o
incluso instantes de felicidad, pero también momentos difíciles. Pare
ser feliz hay que ser capaz de rehacerse en lo posible de los traumas y
dificultades. La razón es sencilla: no existe una biografía sin heridas.
7.- Anticípate y
acepta las adversidades:
Al prepararme durante varios meses para esta carrera yo me había preparado cuidadosamente en varios aspectos. Por ejemplo, había hecho el recorrido múltiples veces, se podría decir que yo sabía lo que pasaría con mi cuerpo en cada kilómetro recorrido. Además, había desarrollado un método para mejorar mis tiempos. Sabía que el primer kilómetro tenía que calentar y no me preocupaba mucho por ir rápido. Desde el segundo kilometro hasta el quinto yo aceleraba el ritmo y además aprovechaba que la pendiente no era muy pronunciada. Los dos siguientes kilómetros la pendiente de la ruta era más pronunciada y tenía que esforzarme más para no bajar el ritmo. El kilometro final tenía que acelerar al máximo sabiendo que ya no faltaba nada, solo tenía que darlo todo. También pensé en Astrid y como ella podría enfrentar su primera experiencia. Quizá ella si necesitaría agua, así que prepare una mochila con abundante agua. En otras palabras, me anticipé a los posibles desafíos que pudiéramos enfrentar.
Como ya lo mencioné previamente todos mis planes se vieron frustrados desde el primer momento. La falta de aire, el dolor en el pecho y el cansancio producto de la enfermedad me hicieron evaluar si debía continuar o dejar de intentarlo. Astrid corría mucho más rápido y me esperaba. Así que lo primero que hice es pedirle que disfrute la carrera y que siga, que seguramente nos veríamos en la meta. Quizá tomaría un bus directamente a la meta y esperaría por ella.
En el transcurso de mi vida
muchas cosas las había dejado inconclusas, otras cosas no me atreví a
intentarlas, quizá todas mis frustraciones se veían representadas en esa
carrera. Hice una oración en mi corazón y pedí al padre que me permitiera
continuar y llegar de alguna manera a la meta. Una de las cosas que me ayudaron
a seguir fue que Astrid me dejó el agua que preparé para ella. Muy atinada
decisión porque sin el agua yo no hubiera podido continuar. Como ya había hecho
la ruta varias veces yo sabía que kilómetros debía correr y que partes tenía que
bajar el ritmo. Esto se había convertido en algo personal.
Dejé que cientos o miles
de personas me pasaran, ahora mis objetivos eran otros. Muchas veces solo
caminaba y guardaba la poca energía para las etapas que yo había identificado
como más complicadas.
Honestamente mi
preparación me ayudó bastante para lograr terminar con esta obstinación de
correr en esas condiciones. Calculé mis energías y acepté todos los desafíos
que se me presentaron.
En la vida todos somos un
universo único con dificultades y desafíos particulares, muchas veces
enfrentamos adversidades solamente por que tomamos pobres decisiones. Otras
veces las adversidades aparecen sin un motivo aparente. Una enfermedad, o una pérdida
de un familiar cercano, un accidente, etc. son cosas que pueden aparecer y
agarrarnos desprevenidos.
Entonces… ¿Podremos
prepararnos o anticiparnos para este tipo de desafíos?
La verdad es que nunca
estaremos suficientemente listos cuando algo así ocurra, pero si estamos en
sintonía con Cristo tendremos el discernimiento adecuado para responder. Hay
una promesa que hace el salvador Jesucristo en el libro de Doctrina y Convenios
y dice:
“Yo el Señor estoy
obligado cuando hacéis lo que yo os digo”
Es una promesa que
podemos usar a nuestro favor; no podemos evitar los momentos difíciles que
vendrán, todos pasaremos por situaciones angustiosas en nuestra vida. Pero si
estamos actuando como él nos pide, podremos obligar a Dios a que nos ayude a
superar tiempos difíciles.
Honestamente, yo se que
Dios, en su infinita misericordia, siempre me sostuvo en momentos difíciles,
pero cuando yo estaba más cerca de él, pude encontrar mayor consuelo en mis
aflicciones.
Russel M. Nelson explicó
en relación a la importancia de cumplir con nuestros convenios con Dios:
Nada te protegerá
más cuando te encuentres con las brumas de la oscuridad del mundo. Nada
reforzara más tu testimonio del Señor Jesucristo y su expiación, nada te
ayudara a comprender mejor el magnífico plan de Dios. Nada calmará más tu
espíritu en momentos de dolor. Nada abrirá más los cielos. Nada.
Que podamos correr con
paciencia todas nuestras carreras, porque no sabemos cuan larga es la ruta,
aprovechemos también y disfrutemos el trayecto.
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