Los peruanos y en especial los cusqueños, convivimos con muchas tradiciones que, por lo general, nos dan orgullo. Como parte de nuestras costumbres, por ejemplo, dentro de poco algunos de nosotros nos estaremos preparando para bailar alguna danza típica por las fiestas jubilares del Cusco (sobre todo los que laboran en el sector público). Cuando nos referimos a nuestros antepasados hacemos mención a los incas, pero ellos no son nuestros únicos ancestros.
En relación a tradiciones y de la cultura viva que heredamos a través del tiempo, la festividad de semana santa es una de las celebraciones que esperamos con ansias por ser feriado largo; algunos planificamos con anticipación un viaje, alguna reunión familiar, degustar los doce platos, etc.
Cuando
conocimos la Iglesia nos enseñaron que más o menos 600 años antes de Cristo,
una familia judía llegó a las Américas donde se establecieron y formaron una
gran nación. Aprendimos que nosotros somos los descendientes lamanitas que hace
referencia el libro de mormón.
Nathan
Watchtel, un historiador y antropólogo francés, especialista en América latina,
premiado por la comunidad científica por sus aportes académicos, es autor de
muchos trabajos de investigación, pero hay uno en especial titulado: El origen de las poblaciones
americanas, la teoría del indio judío.
Este trabajo
sustenta que, si bien nuestro continente americano fue poblado por migraciones
diversas como, por ejemplo; fenicios, egipcios, cartagineses, vikingos, tártaros,
chinos, etc. También hubo migraciones judías.
Para mí es gratificante saber que la comunidad científica también reconoce lo que nosotros aprendimos en la iglesia sobre Lehi y su familia. Entonces, deberíamos estar orgullosos y pendientes no solo de nuestra herencia inca, sino también de la herencia de nuestros ancestros los judíos.
La tradicional semana Santa es una celebración religiosa que tiene sus orígenes desde tiempos del antiguo testamento. La Pascua, es una de las fiestas más celebradas del judaísmo donde se conmemora la liberación de los israelitas de la esclavitud del antiguo Egipto. La Pascua tiene una duración de una semana donde los judíos comen pan sin levadura, hierbas amargas, verduras sumergidas en agua salada, entre otros.
Nosotros Los cristianos celebramos La Pascua de Resurrección que tiene como base la Pascua judía. Jesucristo nuestro salvador, nació dentro del seno de una familia judía, Jesús y su familia celebraban la pascua religiosamente cada año... cada año hasta la aquella celebración de la pascua que coincidió con la última semana de vida terrenal del Salvador. Durante esos días tuvieron lugar algunos acontecimientos icónicos para el cristianismo. La oración en el jardín de Getsemaní, la última cena, la crucifixión, y la resurrección.
Hasta aquí he
tratado de dar una explicación general del significado de la Pascua de resurrección,
ahora intentare explicar lo que significa o debería significar en nuestras
vidas.
Dieter F.
Uchdorf, miembro del cuórum de los doce apóstoles dio un discurso hace algunos días
a los alumnos de la universidad de Brigham Young, él dijo:
Esta semana
es muy importante, de hecho, probablemente es la semana más sagrada en el
calendario cristiano.
Personalmente
no me había puesto a pensar en la importancia de esta fecha. Pero ¿por qué es
tan importante?
Recuerdo que
desde muy niño, en semana santa, los canales de televisión mostraban películas de la vida de Jesús,
de la liberación del pueblo de Israel, etc. los veía como algo informativo que tenía
que saber. De la misma forma cuando abro un libro y me adentro en la historia como
espectador hasta conocer el desenlace final de la historia. Pero hasta ahí
nomas. Yo simplemente era el televidente o el lector de una historia
maravillosa.
Permítanme parafrasear las palabras del Elder Uchdorf, y les invito que puedan, si desean,
meditar en este relato como si ustedes estuvieran presentes, aquí va:
Cuando
Jesucristo, el rey de reyes, hizo una entrada triunfante pero humilde a la
sagrada ciudad de Jerusalén, imagínense, las calles de la ciudad estaban llenas
de gente porque celebraban la festividad de la pascua judía. En las calles la
gente hablaba y se oían los rumores de que Jesús de Nazaret estaba llegando. La
noticia causó bastante revuelo en la población que fueron a recibirlo. Llegaron
a la entrada de la ciudad, algunos se quitaron sus vestidos y lo extendieron en
el suelo, a manera de honrarlo, para que Jesús pasara sobre las ropas. Otros
pusieron ramas de palmeras. La gente gritaba diciendo: Bendito sea el rey
que viene en el nombre del Señor. Paz en los cielos y gloria en lo alto (Lucas 19:38). La
atmosfera era absolutamente electrizante.
Algunos
preguntaban ¿Quién es este?
Los fariseos querían
parar toda esa conmoción popular, pero por supuesto era imposible, el ambiente
estaba cargado con mucha emoción. ¿Pueden imaginar cómo se habrán sentido los discípulos?
Este era el
momento que habían estado esperando. Finalmente, la gente había reconocido a
Jesucristo como el mesías prometido, finalmente la espera había terminado, el
sufrimiento se acabaría.
Los hijos de
Israel serían liberados por que su rey había llegado. El pueblo lo había estado
esperando por mucho tiempo. Pero... ¿será que ellos esperaban las cosas
correctas?
Pasada la emoción
inicial de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, la gente se dispersó,
regresaron a su rutina diaria, las familias judías tuvieron su cena de pascua, seguían
sujetos a los romanos, seguían pagando sus impuestos. En realidad, nada había
cambiado para ellos.
Algunos se preguntaban por qué tanto alboroto con la llegada de Jesús si todo estaba como antes. Mientras tanto Jesús tenía una última y tranquila cena con sus apóstoles. Ahí les enseñó, los animó y oro por ellos. Les dio la ordenanza sagrada que los haría recordarlo.
Después él caminó al jardín llamado Getsemaní, allí estando solo, tomó (voluntariamente) los pecados del mundo, y no solo eso, en ese lugar sintió nuestras tristezas, nuestros dolores y debilidades; allí en su soledad sufrió un dolor solemne que solo él podía soportar. Mientras los discípulos luchaban por no dormir, el luchaba por cumplir la promesa que le hizo al Padre Celestial antes que este mundo fuese. Y es que si bien este es un capitulo reservado a Jesucristo, no podemos dejar de lado al personaje central de esta obra, sí, nuestro Padre Celestial. Aquí aprendemos no solo del amor que nuestro hermano mayor Jesucristo tiene por todos nosotros. Aquí podemos darnos cuenta del amor infinito que tiene por nosotros el Padre Celestial. Entonces, cuando las penas causen gran dolor emocional, cuando los dolores físicos derivados de una enfermedad, cuando los problemas ocurran a tal grado que pensemos que nos están consumiendo; recordemos que Cristo sufrió por casi la totalidad de ese sufrimiento, dejándonos una pequeña parte, la parte que podamos soportar.
Al final del siguiente día Jesús estaba siendo crucificado de manera cruel y humillante en medio de ladrones. Jesús en vez de adoración ahora recibía burlas. La gente decía: Si realmente eres hijo de Dios, bájate de la cruz y te creeremos.
Otros decían:
¿no era este supuestamente quien nos liberaría de los romanos?
¿Cómo nos podría
salvar si ni siquiera puede salvarse a sí mismo?
A este punto
podemos afirmar que la gente tenía expectativas equivocadas sobre la verdadera misión
de Jesús.
El momento final de este relato fue cuando Maria Magdalena fue a ver los restos de Jesus al sepulcro, y no estaba ahí. Jesus había resucitado; este evento explica muchas cosas que quizá no consideramos. Cristo NO esta muerto, el vive, gracias a su resurreccion todos nosotros podemos resucitar. Las relaciones que formamos en esta vida no se quedan en este mundo. Podremos disfrutarlos por la eternidad por que la promesa es que tambien resucitaremos
Entonces…¿Entendemos la misión de Cristo?
Jesús, al
aceptar la agonía y perseverar hasta el final, estaba salvándonos. Él se dio a sí
mismo como ultimo y completo sacrificio, eso es lo que el mesías es.
Esta no es
una mera historia de televisión, mucho menos un relato literario donde nosotros
somos simples espectadores. Nosotros somos los personajes principales de esta
historia, trama que por cierto aun no termina.
Cristo con su
sacrificio expiatorio no solo salvó a los judíos de ese tiempo y a los que
vivieron antes que él, también nos está salvando a nosotros, a ustedes y a mí,
y todos los que en un futuro vendrán.
Jesús sí tenía
el poder de bajar de la cruz y demostrar a todos su divinidad, al hacer esto quizá
hubiera podido persuadir a algunos que él era más que un ser humano, quizá
haciendo eso les habría mostrado que era el hijo de Dios. Pero el hecho es que
él escogió tomar su cruz, sufrir la agonía en soledad y traer el sacrificio
ultimo al altar divino para rescatar a todos los hijos de Dios.
Somos
bendecidos de ser herederos de una cultura maravillosa como la inca, de la
misma forma también deberíamos estar orgullosos y felices de nuestra herencia judía
cristiana. Una herencia viva, Esta historia no tuvo fin hace más de dos mil
años, nosotros seguimos escribiendo nuevos capítulos. Recordemos que con
nuestros pecados participamos aumentando la agonía de Jesucristo, porque él se
hace cargo de nuestras transgresiones. Pero también, gracias a su infinito amor, recibimos abundantes bendiciones cada vez que nos arrepentimos, lo obedecemos y seguimos su ejemplo.
Reconozco a Jesucristo como mi salvador y redentor, se que me ama con un amor infinito e incondicional, Jesucristo está en mis momentos de angustia y dolor, él me sostiene y nunca me dejara solo, nunca. Una forma de reconocer que Cristo esta a mi lado es a travez de mis amigos. De ellos aprendo sobre la necesidad que tengo de ser mejor, ellos me enseñan que aunque la vida pueda ser dificil, se tiene que seguir adelante, ellos son perseverantes y valientes. Hace poco Guido, amigo que conoci en las clases del posgrado, nos invitó a su nueva casa. Un proyecto en el cual él a estado trabajando y usando sus recursos de toda una vida. Aun faltan algunos detalles pero que felicidad es ver que, aún con desafios, sí se puede seguir los sueños. Hoy Guido está enfrentando otro reto más en su vida, tendrá una delicada intervencion quirúrgica, me imagino que por su mente quizá pasan miedos y temores propios de la situacion, pero él es valiente y luchador; caracteristicas del Cristo.
Quiero terminar testificando que Dios el padre, nos conoce individualmente a cada uno de nosotros, sabe de nuestros pesares, nuestras angustias y temores. Dios es quien nos carga cuando no podemos caminar, Dios es quien nos dará el soporte que nos haga falta, solo necesitamos CREER. En el santo nombre de Jesus, amen.
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