A principios de mes tuve
la oportunidad de ver la conferencia general de la Iglesia de Jesucristo de los
Santos de los Últimos días. Para un miembro de la iglesia estas conferencias
son muy importantes y definitivamente esperadas. Solo hay programadas dos conferencias
generales al año (abril y setiembre). Todos los miembros esperamos con ansias
escuchar los discursos de las autoridades generales, en especial del profeta. Para
los que no saben, el presidente de la iglesia y profeta, Russell M. Nelson,
cumplió 98 años. Esto lo ha convertido en el presidente de la iglesia más
longevo de la historia de la iglesia desde su restauración ahí a mediados de
1800.
Como la mayoría de los
miembros de la iglesia, yo también estaba expectante para escuchar las palabras
del presidente Nelson.
¿De que hablaría? ¿Cuánto
tiempo abarcaría sus discursos? Etc.
Este importante evento se
realiza en la ciudad Salt Lake, estado de Utah en los Estados Unidos y
transmitido en vivo y en directo por televisión local y a través de las redes
sociales.
En la sesión del domingo
tuvimos la bendición de escucharlo en un par de ocasiones, la primera por
alrededor de 20 minutos, con el tema: Se
necesitan pacificadores, y la segunda vez por poco más de 6 minutos con el
tema: La respuesta siempre es Jesucristo.
Hace 2 días recibí la llamada
del obispo del barrio a donde asisto regularmente y me invitó a que pudiera
compartir un discurso de 15 minutos con la feligresía de mi unidad. El tema que
debía hablar se titularía: Se necesitan
pacificadores, basado en el discurso del presidente Nelson.
Es interesante pues este tema
ya lo habíamos tocado la semana pasada en reunión de sacerdocio (reunión exclusiva
de varones). Esta sería entonces, la tercera vez que yo tendría que revisar el
tema en menos de un mes.
Muchas cosas pasaron por mi
cabeza cuando me preparaba para este discurso.
¿Acaso el Señor me quiere
decir algo?
¿Será que NO ESTOY SIENDO EL PACIFICADOR QUE DIOS
QUIERE QUE SEA? ¿Será por eso que tengo que analizarlo por tercera vez en
menos de un mes?
Otra de las cosas que
encontré desafiante fue que seguramente que el público que me iba a oír, ya estaría
familiarizado con el tema. Así que, para evitar aburrirlos decidí de enfocar el
discurso de manera diferente.
El presidente Nelson nos
contó una experiencia cuando él empezaba como médico cirujano y que, en plena
operación, el médico al cual él estaba asistiendo, se enojó mucho por algo que había
sucedido en la sala de operaciones y lanzó el bisturí con el que estaba
interviniendo a un paciente con gangrena. Aquel bisturí infectado cayó en el cuerpo
del presidente Nelson, que afortunadamente no logro infectarlo.
Bien, me puse a analizar
sobre esta historia y la analogía que ocurre en nuestra vida espiritual.
¿Qué cosas toxicas
esparcimos sin querer?
El presidente Nelson
menciona algunas: La vulgaridad, la crítica, pero quizá la más dañina de todas
sea LA CONTENCIÓN.
La preocupación del
presidente Nelson se basa en que aparentemente muchos de nosotros creemos que
es aceptable condenar, calumniar y
denigrar.
Así es, y si las personas
no están de acuerdo con lo que pensamos, usualmente nos disponemos a luchar
para hacer respetar nuestro punto de vista a cualquier costo.
Valgan verdades, tengo
que admitir que muchas veces esto me ha pasado.
El presidente Nelson
dijo:
Aunque
sabemos que “La ira nunca persuade, la
hostilidad no edifica a nadie, la contención nunca lleva a soluciones
inspiradas”. (Nelson, 2023)
Me puse a meditar en base
a mi propio comportamiento y recordé que,
cuando ese momento de conflicto aparece, reaccionamos sin pensar y de
pronto estamos inmersos en una discusión o algo más grave.
El presidente Nelson nos
amonesta con todo su amor de la siguiente manera: “Mis queridos hermanos y
hermanas, esto no debe ocurrir. Como discípulos de Jesucristo, debemos ser
ejemplos de cómo interactuar con los demás, especialmente cuando tenemos
diferencias de opinión”. (Nelson, 2023)
Me he dado cuenta que
incluso en cosas tan vanas y triviales como “puntos de vista políticos” hacen que se encienda una discusión
dentro del seno familiar, laboral y amical. Aquí mismo en esta sala estoy
seguro que estamos quienes tenemos pensamientos políticos de izquierda o de
derecha. Afortunadamente el periodo electoral ya acabó, pero yo puedo dar fe de
que, so pretexto del uso de nuestra libertad de expresión, y mediante las redes
sociales, nos lanzábamos comentarios degradantes contra otros que pensaban
diferente que nosotros. Así es, en mi propia casa y entre mis amigos.
Hace algunas semanas la región
sur del país estuvo sumida en un bloqueo de las principales rutas fruto de
conflictos sociales. Esto agudizó la situación en nuestras familias porque en
muy poco tiempo había escases de los alimentos de primera necesidad y del
combustible. La molestia de la población crecía a medida que los días pasaban.
Recuerdo que el gas que usamos para cocinar se había acabado y no se podía encontrar
balones de gas por toda la ciudad. Se escuchaba que, si por casualidad alguien
hubiera podido encontrar un balón de gas, este lo había conseguido a un precio
de 3 o 4 veces su valor oficial.
Una mañana mientras tomábamos
el desayuno, mi dulce hermanita me miró fijamente a los ojos y muy sarcásticamente
me dijo: “Ahí esta pues, tu presidente por el que votaste nos ha puesto en esta situación,
ahora sal y encuentra un balón de gas. Parte de la culpa la tienen los que
votaron por él, así como tú lo hiciste”.
Afortunadamente yo estaba
más preocupado por otros asuntos que no hice caso al comentario de mi hermana,
pero si me puse a pensar que, fácilmente y en otro contexto, ese comentario
hubiera podido iniciar una fuerte discusión familiar.
Me considero una persona
que ignora muchas cosas, así que se puede decir que soy un ignorante en política,
pero también soy respetuoso de las normas de mi país y siempre he cumplido con
mi deber ciudadano de votar. Así que, en época electoral, valoro mis opciones y
me decido por el candidato que yo creo tiene más semejanza con mi manera de
pensar y sentir. No voy a negar que vote por la opción socialista, aun cuando
no soy partidario de este pensamiento político.
Debido a esto, parte de
mi entorno, familia y amigos, por un tiempo, estuvieron soltando comentarios no
gratos, por así decirlo, cuando se enteraron cual fue mi preferencia electoral.
Hoy que las aguas están
calmadas tal vez podamos entender que QUIZA NOS EXCEDIMOS o que no valió la pena
discutir por algo tan tonto.
Ya que me he centrado en lo intrascendente que resulta para
nosotros defender posturas políticas, permítanme dar un ejemplo de lo que
dos de los máximos exponentes de ambos pensamientos expresaban.
Adam Smith es considerado
como el padre de la economía moderna y exponente principal del capitalismo, en
su obra cumbre “Riqueza a las naciones”,
él manifiesta:
“Una
cosa es defender al capital y otra muy diferente defender a los capitalistas. Adam
Smith dedica a los capitalistas y a su espíritu monopólico y de conspiración
contra el público, unos comentarios durísimos. Puesto que Smith demuestra como
los diversos grupos económicos consiguen privilegios del estado sobre la base
de fingir que representan los más amplios intereses de la sociedad. En otras
palabras, utilizaban y manipulaban conceptos capitalistas para beneficio propio”.(Smith, 1776)
Por otro lado, Karl Marx,
representante del pensar comunista, no se cansó de repetir:
“Yo mismo no soy marxista. Y desde los años setenta del siglo
XIX, manifestó su preocupación por el dogma que se estaba creando a raíz de su
teoría, no siempre ni cabalmente comprendida, y sólo utilizada con fines
políticos para dominar a la clase trabajadora”. (Banchon, 2008)
Facundo Cabral, un
trovador argentino dijo al respeto:
“Ningún
político merece que lo defiendas con uñas y dientes, entiéndelo de una vez por
todas: No te conoce, no eres su amigo no le importas, deja la intensidad.
Bájale
a tu fanatismo, no te Apartes de los que han sido tus verdaderos amigos. No
dividas a las familias y si verdad quieres un cambio profundo en la
sociedad.... mírate fijamente al espejo y empieza a cambiar tú.... Y ocúpate de
ser mejor ser HUMANO...”
Ahora, ya que estamos
calmados y quizá analizando el hecho que no vale la pena contender, quiero
citar algunas escrituras y quizá podamos encontrar algunas herramientas que nos
puedan ayudar a evitar la contención y ser pacificadores.
Jesús dijo en Mateo 5:9 “Bienaventurados los pacificadores, porque
ellos serán llamados hijos de Dios.”
Pero
yo os digo: No resistáis al malo; antes bien, a cualquiera que te golpee en la
mejilla derecha, vuélvele también la otra.
Mateo 5:39
¿Qué quiere decir esto en
nuestros tiempos?
Yo lo interpreto de esta
manera:
No resistamos, no
contendamos, y algunas veces quizá lo mejor sea dar la razón a la otra persona,
por más que sepamos en nuestros corazones que no es así, o sea, dar la otra
mejilla.
¿Pero porque yo debería
hacer eso?
Simplemente porque
Jesucristo así lo dijo.
“Pero
yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen,
haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y
os persiguen” Mateo 5:44
El profeta Russel M.
Nelson mencionó en su discurso de la conferencia general de abril de 2023, algo
que personalmente tuvo mucho impacto en mí, él dijo:
“La contención
es una elección. Ser pacificador es una elección. Ustedes tienen su albedrío
para elegir la contención o la reconciliación. Los insto a elegir ser
pacificadores, ahora y siempre” (Nelson, 2023)
Lehí fue un profeta que vivió
en la américa antigua aproximadamente 600 A.C. Él ya estaba en los últimos días
de su vida, y se esmeró por hablar con sus hijos y darles unos últimos
consejos, él dijo:
¡Oh que despertaseis; que
despertaseis de ese profundo sueño, sí, del sueño del infierno, y os
sacudieseis de las espantosas cadenas que os tienen atados, ¡cadenas
que sujetan a los hijos de los hombres a tal grado que son llevados cautivos al
eterno abismo de miseria y angustia!
¡Despertad y levantaos
del polvo! ¡Escuchad las palabras de un padre tembloroso, cuyo cuerpo
pronto tendréis que entregar a la fría y silenciosa tumba, de donde ningún
viajero puede volver; unos días más, ¡y seguiré el camino de toda la
tierra! 2Nefi 1:22
Para tener 98 años,
nuestro profeta Nelson está muy bien, lo demostró con los 20 minutos parado
discursando. Pero también sabemos que su tiempo aquí en la tierra se acorta, es
natural, a todos nos pasará.
Entonces yo creo que, así
como Lehí, Russell M. Nelson, en su mensaje, quiso que despertemos. Sí, y nos
dejó una lección muy importante que no debemos pasar por alto, quizá por eso de
la importancia del título de su mensaje; tal vez es por eso que tuvimos que
escucharla por 3 veces en menos de un mes. Repito nuevamente las palabras del
presidente Nelson:
“La contención es una elección. Ser pacificador es una elección.
Ustedes tienen su albedrío para elegir la contención o la reconciliación. Los
insto a elegir ser pacificadores, ahora y siempre”
Para concluir, el
presidente nos da la solución para dominar la ira y evitar la contención; él
dijo:
- Desarrollen
Caridad (amor puro de Cristo)
- Humíllense
ante Dios
- Oren
con toda la energía de su corazón
- El
templo puede ayudarnos en nuestro objetivo. Allí somos investidos con el poder
de Dios, que nos da la capacidad de vencer a Satanás. (Nelson, 2023)
Aquí yo podría añadir que
nos esforcemos por tener una recomendación del templo vigente, y los que la
tengamos, hagamos el esfuerzo por ir.
Eder es un ingeniero geólogo
y además tiene otra profesión, psicólogo. Puedo decir que tengo la fortuna de
que sea un amigo muy cercano. Hace algunos meses atrás, Eder me prestó un libro
titulado Resetea tu mente del famoso médico y neuro-científico español Mario
Alonso Puig. Este libro da algunos consejos de cómo podemos lidiar con los
ataques de ira, el autor manifiesta que estas reacciones son heredadas y
provienen de tiempos antiguos. Sí, de los tiempos cuando el hombre primitivo tenía
que proteger su vida de sus depredadores. Bastaba con que se moviera una hoja
para estar siempre alerta y reaccionar. Este tipo de comportamiento ha servido
para que nosotros estemos hoy aquí, de otro modo toda la raza humana hubiera
desaparecido. Es así que hoy ese comportamiento ancestral, frecuentemente nos
juega malas pasadas y reaccionamos. Ahora no hay depredadores, pero el
sentimiento es el mismo, luchamos por defender nuestra forma de pensar, nos
sentimos inconscientemente vulnerables y temerosos y en menos de un segundo
podemos actuar de formas equivocadas.
Mario Alonso Puig, da
algunos consejos para poder controlar ese tipo de reacciones. Una forma de
engañar a la mente es poder interrumpir la conexión neural dándole tiempo al
cerebro. Es así que la próxima vez que nos veamos en situaciones de conflicto,
tratemos de respirar. Bastan escasos 4 o 5 segundos para lograr evitar esos
arranques de comportamiento.
Anthony Robbins en su
libro Despertando al Gigante interior, dice algo similar: “Cuando quieras reaccionar de manera incorrecta y explotar, solo piensa
por unos segundos en esa persona que estas enfrentando, puede ser un familiar o
un amigo, puede ser un colega. Piensa en las cosas buenas que los unen, piensa
en cosas positivas. Que quizá esa persona tenga una familia o que su comportamiento
se deba a problemas serios. Esto te dará el tiempo suficiente (usualmente unos
pocos segundos) para interrumpir aquellas conexiones químicas eléctricas de
nuestro cerebro que nos obligan a actuar de manera errónea”.(Robbins, 1991)
Básicamente lo que
Anthony Robbins nos está sugiriendo es que desarrollemos amor por el prójimo,
la caridad.
Para concluir quiero
quedarme con esta frase en la parte final del discurso del presidente Nelson:
“Como pueblo, seamos una
luz verdadera sobre la colina, una luz que “no se puede ocultar”
O como lo expresa Karl
Marx en su libro El Capital volumen 1, prólogo a la edición francesa:
“…sólo
tendrán esperanzas de acceder a sus cumbres luminosas aquellos que no teman
fatigarse al escalar por senderos escarpados. (Marx, 1975)
El ser una luz en una
colina no es fácil, lo mismo que ser
pacificadores, pero vale la pena.
Referencias
Banchon, M. (2008). “Marx no se cansó de repetir que no
era marxista” | Cultura | DW | 05.05.2008.
https://www.dw.com/es/marx-no-se-cansó-de-repetir-que-no-era-marxista/a-3313328
Marx, K. (1975). El capital.Tomo 1.
https://books.google.com.pe/books?hl=es&lr=&id=-n7J6cp_MAAC&oi=fnd&pg=PA758&dq=El+capital+tomo+1+karl+Marx&ots=MSUohuF6Yd&sig=Xjys8iG3l5LF4Ty4Ug-dX8LJvk0&redir_esc=y#v=onepage&q=El
capital tomo 1 karl Marx&f=false
Nelson, R. (2023). Se necesitan pacificadores.
https://www.churchofjesuschrist.org/study/general-conference/2023/04/47nelson?lang=spa
Robbins, A. (1991). Despertando al gigante interior.
https://books.google.com.pe/books?hl=es&lr=&id=iPpyLpX0Y1sC&oi=fnd&pg=PT2&dq=anthony+robbins+awaken+the+giant+within&ots=WJXxj9S8MO&sig=-Rp8nBhP2GYnKkMUSG-lgthiHcs&redir_esc=y#v=onepage&q=anthony
robbins awaken the giant within&f=false
Smith, A. (1776). La riqueza de las naciones.
https://books.google.com.pe/books?hl=es&lr=&id=L5a4EAAAQBAJ&oi=fnd&pg=PT6&dq=Riqueza+de+las+naciones&ots=B_WHYIFWhJ&sig=t_o4VDoTWEd8MeJYEMMibVZqRCY&redir_esc=y#v=onepage&q=Riqueza
de las naciones&f=false