¿No les ha pasado que despiertan y no quieren levantarse?.
Sabes que hay cosas por hacer y simplemente no tienes ganas de nada. Quizás por
que tuviste un mal sueño, o por que estas agotado física o emocionalmente por
un problema. Pareciera que esta mañana el mundo no está en sintonía
contigo, que hoy no vas a poder cumplir con tus planes trazados. Simplemente no
tienes fuerzas, no tienes ganas, todo te vale.
Esta mañana fue uno de esos días; no quería hacer nada y
menos tenía las fuerzas para ir a trotar. Salir a correr es uno de los pocos
hábitos que desarrollé con mucho esfuerzo a través del tiempo, pero hoy no
quería salir. Hasta hace poco trotar era algo esperado con ansias. La noche
antes de salir a trotar alisto mis implementos deportivos, pongo a cargar mis
audífonos, mi reloj, mi celular tiene que estar completamente cargado, etc.
6:30 de la mañana y pienso que si leo algo puede mejorar mi
estado de ánimo, 3 Nefi 22 como que no
ayuda mucho, ¿será que no estoy sintonizado con las escrituras?; en mi defensa
Isaías es un poquito complicado para entender.
Son casi las 7 de la mañana y aun no me levanto de la cama;
estoy dando vueltas y pensando en el porque mis ganas de trotar se agotaron.
Pensamientos tristes pasan por mi mente e incluso entrando a niveles de
depresión.
No puede ser, ¿Qué me esta pasando?, si no salgo a trotar
habré perdido una de las pocas cosas positivas que tengo en mi vida, una de las
actividades que disfruto y que me da mucha alegría. Pensé y pensé hasta que
algo no se que, me hizo sentar al borde de la cama. Hice una oración y como si
alguien me estuviera obligando a ponerme mis implementos deportivos, me alisté
a regañadientes.
Ya estaba preparado con la indumentaria pero no emocionalmente,
hice ejercicios de estiramiento, puse play al gps del reloj y salí a trotar.
Mientras trotaba escuchaba uno de mis playlist favoritos, poco a poco
recuperaba el buen ánimo. Se podía notar que lentamente calentaba mi cuerpo y mi
espíritu.
Kilometro 3: ya me
ponía en contacto con el medio ambiente y con Dios; ahora le hablaba de como me
sentía. Le pedía para que me ayudara a superar momentos como este.
Kilometro 5: mi cuerpo respondía muy bien, me sentía fuerte,
sin cansancio y con muchas ganas.
Kilometro 7: nuevamente estaba organizando mi día y mis metas:
- Reunirme con Wilman para devolver unas cosas
- Leer el libro de Metodología de Baena
- El libro de Hernandez Sampieri.
- Cambiar mis variables del tema de tesis, es más, cambiar de tema
- Pensaba en mi padre y en las formas que debía hacer para acercarme más a él.
Kilometro 8: el día soleado cambió de un momento a otro, se
puso oscuro y unas pequeñas gotas empezaban a caer. Y por poco no salgo a
correr, pensé. La verdad me encanta la lluvia, mientras trotaba pensé en lo afortunado
que era ejercitarme en este clima, es muy raro que mientras troto llueva. Es
que otra cosa es trotar en lluvia, que el sudor se confunda con el aguacero es
lo máximo.
Kilometro 11: estaba totalmente empapado pero feliz,
mágicamente mi estado de animo estaba al 100%. ¿Cómo podía ser que hace unas
horas estaba casi al borde de la depresión y ahora estaba eufórico?
Kilometro 11.49: llegué a casa, tomé un poco de agua y
extrañamente no sentí cansancio como otras veces; me metí a la ducha y después
pude tener un día maravilloso. A veces estamos a poco de dejar que nuestro día
se arruine por un sueño malo, por los problemas que siempre existirán, por el
cansancio, la rutina, etc.
Cuan atinados parecen ahora los versos del escritor costarricense
Jorge Daniel:
“Siempre existirán las mañanas
frías,
tristes, nostálgicas y sombrías...
Mas detrás de ello hay un sol
valiente,
justo, soñador, irreverente,
que sin importar el sentimiento
cada día vuelve a nacer,
a reinventarse y a demostrar
que nada es más fuerte
que su propia voluntad”.
Soy una persona con muchos defectos, con desafíos y de vez en
cuando amanezco así. Para mí la mejor medicina contra la tristeza es salir a
trotar, leer cosas productivas y escribir. Seguramente que para otros la
solución a amanecer triste sean otras cosas, otros métodos. La verdad que nuestra es la responsabilidad el buscar
el remedio para enfrentar nuestros momentos de aflicción. Hoy pude tener un lindo día a pesar
de todo, hoy vencí, hoy salí a trotar.
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