LOS
APUS (MONTAÑAS), DEIDADES ESPIRITUALES
El propósito principal fue de replicarlos en las zonas del
norte peruano.
En ese tiempo trabajábamos para
la Fundación Eagle Cóndor Humanitarian.
Nuestro viaje no solo nos instruyó en
cuanto a pozos artesanales, pero también conocimos mucha gente maravillosa y
aprendimos de su cultura.
Una de las cosas que más llamó
mi atención fue que cuando estábamos haciendo el trabajo de campo sobre los 3900 msnm. Nuestro guía y anfitrión Willy Mendoza, nos contó una historia que
me impactó.
Esta historia tenía que ver con las montañas más famosas que se
encuentran en cercanías de la ciudad de La Paz.
A continuación, el relato:
LA
LEYENDA DE ILLIMANI Y MURURATA
Los volcanes Illimani y
Mururata eran dos hermanos titanes hijos del dios creador Wiracocha. El joven e
impetuoso Mururata, envidioso de la majestuosidad del Illimani, y de la
preferencia de su padre Wiracocha hacia su hermano, un día lo desafió.
El noble
Illimani intentó hacer entrar en razón a su joven hermano, pero ese mismo
intento lo volvió más agresivo y aumento el odio destructor de Mururata.
Wiracocha que se percató de la
pelea de los dos hermanos, tomó partido por su hijo preferido Illimani. Él aprovechó
de la noche para advertirle de las intenciones del joven Mururata y de paso para
darle una honda que le permitiría defenderse. Antes que aparezcan los primeros
rayos del sol, los dos titanes se alistaban para el combate, Illimani tomo la
honda y lanzo un proyectil a la cabeza de su hermano. El arma decapitó a Mururata
y su cabeza fue proyectada hacia unas tierras lejanas.
El cuerpo decapitado de
Mururata se quedó en el mismo lugar al lado de Illimani, y su cabeza yaciendo
al medio del altiplano formó el solitario Sajama.
(leyendas y mitos de la cultura Boliviana)
Cuando escucho relatos donde
intervienen un padre y dos hijos en disputa, no puedo evitar relacionarlo con
las historias religiosas del cristianismo.
Dios el padre, Jesucristo y Satanás,
que también fue conocido como Lucifer y donde es mencionado una sola vez en el
antiguo testamento.
Isaías 14:12
¡Cómo
caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú
que debilitabas a las naciones.
Para la Iglesia De Jesucristo
de Los Santos de los Últimos Días, el término “lucifer” literalmente significa:
“El Que Brilla” o “Portador de Luz”.
También se le conoce como Hijo de la
Mañana.
Lucifer fue un hijo espiritual
de Dios el Padre Celestial y dirigió la rebelión en la vida pre terrenal.
Cuando nos referimos a
Jesucristo y su vida, el personaje antagonista es Lucifer, su hermano rebelde
en la pre existencia.
Al margen que esta historia
parezca una mera coincidencia, me dediqué a hacer un poquito de investigación en
lo referente a las montañas y su significado dentro de la cosmovisión andina; y
que relación tendrían dentro del cristianismo.
En un trabajo de tesis doctoral
de la Universidad Mayor de San Marcos titulado: APUS DE LOS CUATRO SUYOS: construcción
del mundo en los ciclos mitológicos de las deidades montaña.
Del autor: Rodolfo Sánchez
Garrafa.
La palabra “Apu” está definida
de la siguiente manera:
Apu: Es el vocablo que se usa
para designar a los espíritus que habitan en los cerros, en el entorno de las
comunidades. El origen de estas deidades suele formar parte de grandes ciclos
cosmogónicos, que explican el sentido del mundo y la existencia humana, así
como el orden general de las sociedades andinas
Las culturas americanas pre incas
veían a las montañas como la residencia o materialización de sus deidades, idea
que llevó a construir recintos destinados a las deidades tutelares en elevadas
cimas.
Apu es un vocablo quechua que
quiere decir «señor» y se usa para designar a los espíritus que habitan en los
cerros, en el entorno de las comunidades. El origen de estas deidades –como se
ha dicho en capítulos precedentes– suele formar parte de grandes ciclos
cosmogónicos, que explican el sentido del mundo y la existencia humana, así
como el orden general de las sociedades andinas.
Etnológicamente, el término
apu en el mundo andino es reservado para referirse a las divinidades tutelares
de los cerros y las cumbres nevadas donde la gente le hace ofrendas y lleva a
cabo prácticas rituales.
Se dice que, en tiempos del incanato,
no cualquiera podía subir a las montañas. Solo los sacerdotes incas, previas
ofrendas y rituales, tenían el permiso para subir a las cumbres de los apus.
¿Qué hacían en la cima?
En un artículo publicado por
el Ministerio de Cultura titulado:
El Camino Secundario de Huarocondo al Cerro
San Cristóbal, Consideraciones rituales e interpretación; escrito por mi amigo
Luis Ccori Martinez (de profesión arqueólogo y guía de turismo).
Nos da una idea clara de lo
que hacían los que eran privilegiados de subir a las partes altas de los apus.
A la letra dice:
“…
lo cual nos permite sugerir
que si se realizaron actividades de culto ya que el panorama es absolutamente
propicio, aquí es necesario hacer referencia a Hyslop cuando se refiere que LOS
LUGARES SAGRADOS UBICADOS EN GRANDES ALTURAS fueran interpretados con
frecuencia como observatorios paisajísticos, puesto que las personas situados
en ellos tuvieran una visión magnifica de sus deidades”.
En base a mi experiencia,
quiero expresar lo maravilloso que es estar en la cima de una montaña, no solo
por la maravillosa vista del paisaje que está por debajo de uno, pero por la
solemnidad que esto representa.
El mismo aire es diferente, el viento (waira en
quechua) con su sonido particular y a veces intimidante; y claro, para los que
somos cristianos, tomar un momento de reflexión y oración se convierte en un
momento solemne y muy espiritual.
Para los que vivimos en Cusco
o para aquellos que tuvieron la suerte de visitar esta tierra, somos testigos
de que los más grandes vestigios religiosos incas se encuentran en las partes
altas de la geografía cusqueña (cerros, cumbres y montañas), es el caso de
Sacsayhuaman, Pisac, Ollantaytambo y la ciudadela de Machupicchu.
Cuando los españoles llegaron
al Perú, una de las cosas que impusieron con fuerza fue la religión. Los colonizadores
a su llegada destruyeron los templos dedicados a las deidades incas: El sol, la
luna, la serpiente, el agua, la tierra, etc. (Inti, quilla, amaru, yacumama,
pachamama).
Saquearon los lugares que
estaban adornados con oro y minerales preciosos y en esos mismos lugares
edificaron templos católicos. Hoy en día es muy fácil darse cuenta que en el
centro histórico de la ciudad existen templos de la época colonial a cada dos o
tres cuadras.
Hermosos edificios antiguos de estilo barroco que antes de la
llegada de los españoles eran lugares para las deidades de la cultura inca.
¿Pero qué relación tienen la
destrucción de los templos incas con los APUS?
Después de la construcción de
templos católicos y la evangelización forzada, lo que los españoles no pudieron
lograr fue eliminar los APUS de la creencia de los locales.
¿Cómo destruir una montaña?
Simplemente era imposible, fue
lo único que no pudieron hacer.
Sin embargo, lo que sí hicieron es colocar en
la cima de los cerros (APUS) una cruz. Si los locales querían seguir venerando
a los APUS, tendrían que venerar a la cruz católica.
Hoy en día, a inicios del mes
de mayo, dentro del calendario de tradiciones católicas en el Cusco, está la
festividad del “Cruz Velacuy”; que no es otra cosa que la fiesta en veneración de
la cruz.
En estos días las cruces que se encuentran en lo alto de los cerros,
reciben la veneración de los fieles que suben a lo alto de las montañas en señal
de fe.
Estos días se convierten en un
evento muy especial, ya que la religión cristiana se mezcla con el misticismo
andino creando unos días muy llamativos para todos los turistas que llegan
hasta nuestra ciudad.
La “Escuela Cusqueña” (siglo XVII) hoy en día es muy conocida. Sus
orígenes datan desde la época del virreinato.
Existe una discusión abierta entre algunos
historiadores, sobre la relación de la vestimenta de las vírgenes y la
representación del APU. Por mucho tiempo se consideró que la forma triangular
de los vestidos de las vírgenes representaba a un cerro o a la pachamama.
Algunos historiadores manifiestan que los autores mestizos de estas obras de
arte cusqueño, trabajos que en su mayoría son anónimos, simplemente expresaron en sus
obras parte de sus creencias ancestrales.
A estas alturas creo haber sustentado el
primer punto en relación a los cerros y su valor espiritual en tiempos del
incanato.
En las sagradas escrituras las partes altas de las
montañas también eran representación de pureza y solemnidad, es más, sabemos
que cuando el Dios del antiguo testamento se comunicaba con el hombre, lo hacía
desde la cima de una montaña.
Éxodo 24:12-14
Entonces
Jehová dijo a Moisés: Sube a mí, al monte, y espera allá, y te daré tablas de
piedra, y la ley y los mandamientos que he escrito para enseñarles.
Y
se levantó Moisés con Josué, su ayudante; y Moisés subió al monte de Dios.
Éxodo
33:11
“…Y
hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera con su prójimo…”
En el libro de Mormón, también
nos relata la comunicación de Dios con
Nefi en las partes altas de la montaña.
1Nefi 18:3
Y
yo, Nefi, subía con frecuencia al monte y a menudo oraba al Señor; por lo que
el Señor me manifestó grandes cosas.
En conclusión, en lo personal está
muy claro que hay una conexión espiritual muy fuerte en la cima de las
montañas. Tanto para los hebreos del antiguo testamento, como para los habitantes
de la América antigua.
Un consejo:
Invito a hacer un esfuerzo de subir
a una montaña, a un cerro o algún lugar de la naturaleza en las alturas de tu
comunidad, claro está siguiendo todas las recomendaciones de seguridad y a lugares
que tengan señalización para evitar accidentes.
Tengan en cuenta que la preparación
física tiene que ir de la mano con la preparación mental, emocional y
espiritual.
La preparación física es muy
importante, estamos hablando de al menos 2 o 3 horas de caminata para subir y
otras tantas para bajar dependiendo cual sitio queremos subir.
La geografía de nuestra tierra rodeada por cerros es adecuada para este tipo de actividades.
La experiencia de estar en
contacto con la naturaleza de por si es fantástica.
Una vez arriba, arrodíllense y
pónganse en contacto con el "Jefe", el Padre. Les prometo que experimentaran
cosas únicas.
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